Por Daniel Mérida (@baloncestero)

El equipo macabeo se impuso por un contundente 98-62 a Aguada en el tercer partido de la final tras jugar un partido de mucha superioridad en la pintura, un alto porcentaje de acierto en los lanzamientos y sobre todo una gran actuación coral de todos sus jugadores.

El equipo macabeo se impuso por un contundente 98-62 a Aguada en el tercer partido de la final tras jugar un partido de mucha superioridad en la pintura, un alto porcentaje de acierto en los lanzamientos y sobre todo una gran actuación coral de todos sus jugadores.

Un parcial de 11-0 en el inicio a favor de Hebraica marcó el arranque y mostraba lo que iba a ser la evolución del partido. Los aguateros reaccionaron con Demian Álvarez y Dwayne Curtis para irse al final del primer cuarto sólo por 22-14 abajo. El segundo cuarto fue clave, con un altísimo acierto de los locales con Leandro Gª Morales y Luciano Parodi como figuras para irse con una ventaja superior a los 20 puntos y llegar al descanso con marcador 47-29.

Jaime Lloreda se hizo fuerte en la pintura en la segunda parte y Hebraica controlaba el rebote y seguía martilleando desde el triple para rozar el +30 y poco más tarde superarlo y marcar brecha para terminar de cerrar el triunfo y dar minutos a los juveniles en la recta final del partido.

La nota negativa del partido fue la lesión de Panchi Barrera en los visitantes, que podría perderse el resto de la serie final si se confirma que tiene un desgarro muscular cuando se le realicen nuevas pruebas médicas.

El quinteto titular de los macabeos estuvo en dobles dígitos en anotación, con 17 puntos y 12 rebotes de Jaime Lloreda, 17 puntos y 4 rebotes de Leandro García Morales y 15 puntos, 5 rebotes y 5/9 en triples de Sebastián Izaguirre. Por los de Fernando Cabrera, Demian Álvarez aportó 14 puntos, 3 asistencias y 3 robos y Jeremis Smith totalizó 11 puntos y 9 rebotes.

«Estoy muy contento por el rendimiento colectivo del equipo», explicó Leandro García Morales tras el partido en declaraciones a Basquet Caliente. «Hicimos un partido redondo de eso que no se dan muy seguido. Lo importante es entender que en las finales vale un punto ganar por uno o por treinta, así que lo importante es seguir por este camino y construir sobre esta victoria»

«El equipo entro muy intenso, que no lo hicimos en el partido pasado, era una de las cosas a corregir», explicó Sebastián Izaguirre en declaraciones a Basquet Total. «Tenemos jugadores afuera que defienden muy bien y también gracias a la intensidad de ellos es que pudimos sacar el partido adelante. Pusimos la serie en ventaja nuestra, pero sabemos que para salir campeones necesitamos dos más»

Esta victoria por 36 puntos supone la mayor diferencia en una serie final, superando los 32 puntos (90-58) por los que Biguá superó a Hebraica en la final de LUB 2007-08. Además, también es la peor derrota de los rojiverdes por encima de los 35 puntos por los que cayeron en la segunda fase de la LUB 2015 ante Atenas (114-79).