Hasta hace unos cinco años Nicaragua no aparecía entre los primeros 100 equipos del Ranking Mundial Masculino de FIBA, pero desde que el puertorriqueño David Rosario fue designado entrenador principal de la selección nacional en 2021, el equipo ha venido escalando paulatinamente y en la actualidad ocupa el lugar 79.

Hasta hace unos cinco años Nicaragua no aparecía entre los primeros 100 equipos del Ranking Mundial Masculino de FIBA, pero desde que el puertorriqueño David Rosario fue designado entrenador principal de la selección nacional en 2021, el equipo ha venido escalando paulatinamente y en la actualidad ocupa el lugar 79.
Ha sido un crecimiento considerable para una nación que tradicionalmente no ha tenido una cultura tan arraigada en el baloncesto, pero que ha venido trabajando para cambiar esa situación.
Las expectativas para el FIBA AmeriCup son altas. El país por primera vez en su historia recibirá a varios de los mejores jugadores de América y quiere dejar la mejor impresión posible tanto a nivel organizacional como a nivel deportivo.
«Este evento va a ayudar al crecimiento de nuestro básquet porque los muchachos tienen oportunidad de mostrar su talento. Como equipo ya tenemos alrededor de cuatro años trabajando juntos y ya hemos creado una química, una dinámica con roles establecidos. En lo personal, para mí es bien bonito tener esta oportunidad de representar a Nicaragua y estar aquí con los muchachos, de la mano de David Rosario», indicó el nacionalizado Jared Ruiz, quien también es nacido en Puerto Rico y es el líder del equipo.
Nicaragua jugará por primera vez en su historia un AmeriCup y aunque estará en su casa, llegará como el equipo con menos pergaminos. El objetivo es tener la mejor presentación posible ante su afición, pero según Ruiz, el grupo de jugadores no necesita lidiar con una presión adicional en ese sentido.
«No tenemos presión porque somos los que hemos venido de menos a más y no tenemos nada que perder. Queremos que nuestro público se sienta orgulloso pero lo principal es poder disfrutar y aprender de esta experiencia de competir con los mejores del continente. Lo que sí garantizamos es que vamos a prepararnos muy bien y vamos a dar lo mejor de nosotros», añadió quien en los Clasificatorios al AmeriCup dejó promedios de 16,8 puntos, 5,8 rebotes y 4,8 asistencias.
Uno de los principales anhelos del equipo y la afición nicaragüense es que puedan jugar algunos de los talentos que están en Estados Unidos, principalmente Norchad Omier, quien es el gran referente, para así conformar el mejor conjunto posible. Omier está en su último año en la NCAA con la universidad de Baylor (antes estuvo con Arkansas State y Miami) y está en medio de una gran campaña con promedios de 15,3 puntos, 10,5 rebotes, 1,3 robos y 1,0 bloqueos. Tiene en la mira la NBA y deberá tomar decisiones con respecto a su futuro profesional, pero no se descarta su participación en el AmeriCup.
“Es un muchacho bueno, humilde, con una energía y una vibra positiva. Él sabe que tiene una responsabilidad con el país y con la selección. Sería bonito que pudiéramos darle a Nicaragua un buen espectáculo. Todo el mundo quiere vernos juntos. En la selección lo estamos esperando con los brazos abiertos. Él está preparado para ser la cabeza del equipo”, expresó Ruiz acerca del joven ala pívot.
Más allá de los resultados que pueda tener el equipo nacional de Nicaragua en el torneo, se espera que la experiencia de tener el AmeriCup en casa sirva para seguir impulsando la disciplina y que cada vez más jóvenes quieran seguir practicando el baloncesto.
Texto y Fotos: FIBA
