Cuatro de las doce selecciones participantes concluyeron su participación en la AmeriCup tras la fase de grupos y su participación en el torneo continental dejó aspectos positivos pese a la pronta eliminación, pero también deja también reflexiones para mejorar en el futuro.

Cuatro de las doce selecciones participantes concluyeron su participación en la AmeriCup tras la fase de grupos y su participación en el torneo continental dejó aspectos positivos pese a la pronta eliminación, pero también deja también reflexiones para mejorar en el futuro.

En el grupo A, Bahamas no consiguió ninguna victoria a pesar del buen rendimiento realizado en los tres partidos. El conjunto caribeño tuvo contra las cuerdas a Estados Unidos durante muchos minutos y forzaron una prórroga antes de caer derrotados, mientras que ante Brasil sólo un tercer cuarto excelso de los amazónicos impidió una victoria bahameña y un último cuarto y un enorme Bruno Fitipaldo dieron la victoria ante Uruguay en otro partido peleado.

Por momentos, el equipo mostró falta de frescura ante la acumulación de minutos de sus jugadores importantes. Sin embargo, un torneo para enmarcar de jugadores como Franco Miller y Domnick Bridgewater y buen aporte de Isaiah Mobley, Kentwan Smith y Jaraun Burrouws.

En el grupo B, Venezuela y Panamá no avanzaron a la siguiente fase. El balance general de la selección vinotinto es que se cumplió con los objetivos lógicos a pedir al equipo y con el material que llevaban como ya analizamos. Por la selección canalera, quizás la decepción fue previa al torneo con la falta de capacidad de convocatoria de sus jugadores estelares que fueron mencionados en la preselección y con todos los problemas infraestructurales en el cuadrangular amistoso que organizaron.

Sin Jhivvan Jackson, Iverson Molinar, Akil Mitchell, Ernesto Oglivie o Ricardo Lindo, estaba claro que los dirigidos por Gonzalo García iban a salir con tres derrotas por amplio margen. Así ocurrió ante Canadá y Puerto Rico y el rendimiento fue mejor ante Venezuela, pero apenas Luis Rodriguez y Ezequiel Bell se salvaron del bajo rendimiento del equipo panameño.

En el grupo C, Nicaragua fue el que se quedó fuera de la fase eliminatoria y lo hizo con tres derrotas pero buen sabor de boca. Norchad Omier ha sido un jugador de tremendo impacto y será un espejo en el que fijarse para el crecimiento que está experimentado el baloncesto del país centroamericano.

El jugador de Cleveland Cavaliers rozó el triple-doble en dos de los partidos y terminó con promedios de 22.3 puntos, 18.3 rebotes, 6.0 asistencias, 2.0 robos y 0.7 tapones, estando bien secundado por Kaleb Myers y Jared Ruiz y quizás con Josmel Martínez quedando a deber con un rendimiento menor de lo esperado.

«Mis compañeros juegan duro por mí y yo juego duro por ellos. Claro que queremos un mejor resultado la próxima vez, pero lo veo como una bendición», explicó el pívot nicaragüense tras el último partido en declaraciones a FIBA. «Jugar en esta cancha, frente a estos aficionados, representando a mi país, es una gran bendición. Pero también es una gran responsabilidad, porque los niños pequeños nos están mirando, a mí y a todos nosotros. Es nuestra responsabilidad inspirar soñadores, para que puedan soñar en grande y lograr grandes cosas»

Ahora quedan ocho equipos en competición y este jueves conoceremos qué sucede en los cuartos de final: Canadá-Colombia, Puerto Rico-Argentina, República Dominicana-Brasil y Uruguay-Estados Unidos