Por Jorge Herrera (@jorgeherreran_)

Varias suspensiones por protocolo dejaron a Movistar Estudiantes sin jugar cerca de un mes y la prueba con un Zaragoza en crecimiento no sería nada sencilla. Sin embargo, eso estaba en un segundo papel para muchos, porque si ya es un incentivo para los fanáticos el momento que le ha creado Sergio Hernández a los maños, ahora había que incluir el debut del puertorriqueño J.J. Barea en la ACB. El base no se pudo estrenar la semana pasada por el mismo tema de los juegos y en esta prueba poco pudo hacer para evitar la caída de sus nuevos compañeros.

Varias suspensiones por protocolo dejaron a Movistar Estudiantes sin jugar cerca de un mes y la prueba con un Zaragoza en crecimiento no sería nada sencilla. Sin embargo, eso estaba en un segundo papel para muchos, porque si ya es un incentivo para los fanáticos el momento que le ha creado Sergio Hernández a los maños, ahora había que incluir el debut del puertorriqueño J.J. Barea en la ACB. El base no se pudo estrenar la semana pasada por el mismo tema de los juegos y en esta prueba poco pudo hacer para evitar la caída de sus nuevos compañeros.

Tras 14 años en la NBA, Barea cumplía la meta de llegar a la segunda liga más importante del mundo y Javier Zamora decidió hacerle más ameno su arribo celebrando su primera titularidad con el conjunto colegial. Tal era la energía que los anfitriones que comenzaron ganando el encuentro y se presentó el punto en que el ‘Oveja’ Hernández llamó al tiempo fuera para cuestionar a sus jugadores sobre si ya se habían olvidado del entrenamiento y el estudio que hicieron para enfrentar el desafío.

No obstante, ello costó impregnarlo en las mentes de sus pupilos y el segundo periodo todavía fue remar contra corriente en un ambulante dominio de Barea fungiendo como estabilizador de la ofensiva estudiantil y alcanzando la decena de unidades en una primera mitad de doble, triples y hasta una asistencia de show para un Ángel Delgado que sufrió por tener una buena participación en el día. Al descanso, solo un punto favorecía la causa blanquiazul (40-39), por lo que no fue difícil para los ajustes del visitante el erradicar un desempeño no apto para sus metas.

De inmediato, al regresar de los vestidores, todo lo superior que podía ser el local fue desaparecido con una defensa de alta presión por la roja en todo el campo y en un abrir y cerrar de ojos ya estaban al frente por cinco puntos. Además, encendieron las emociones de Dylan Ennis, quien mandó sin problema el diferencial de doble dígito con el cual se mantendría por gran parte del resto de la jornada. Zaragoza empezó a sentirse cómodo y a la hora de proteger pudieron hasta provocarle cinco pérdidas a la quinteta del frente en menos de cinco minutos también producido por una marca de dos contra uno que le fue casi imposible descifrar al banquillo de Estudiantes.

La desesperación era tan clara que el enojo en cada ofensiva fallida se veía en el dominicano Delgado y todo lo desesperanzador lo propinó Nico Brussino atacando la línea y dejando una asistencia sencilla para Hilnason en un mate que guiaría también la confianza al ataque con la llegada a los 20 puntos de Ennis. Movistar perdería todavía por expulsión Aleksandar Cvetkovic y para varios sería un momento de darlo todo por perdido, sólo que el dirigente Zamora no sería uno de ellos.

Aunque los aragoneses abrieron de la misma manera agresiva el capítulo final con gran defensa y llevando la misma por un intercambio de velocidades al ataque, Zamora abrió la duela con lo que cayó primero un triple del alemán Jurisic y luego un par de coladas de Aleksa Avramovic. El acercamiento comenzaba y este se hacía real con otro arcoíris para Robertson y otro de Vicedo que acercaron el juego a solo una posesión. Aun fue un despertar para Delgado quien fue pieza clave para mantener vivas las alertas en el banco de Sergio Hernández.

Los ánimos estaban tan al rojo vivo que Ennis entrelazó palabras álgidas con Abramovic; el duelo estaba para cualquiera. Desafortunadamente, Estudiantes no supo tomar eso como suyo y, a pesar de robar y provocar malas decisiones de los invasores, ellos ya no pudieron compensar en el otro costado. Mientras Zaragoza se encargó de despegarse a través de la línea de los suspiros, Djurisic hasta falló solo bajo el aro con lo que pudo hacer los últimos diez segundo más de terror que un filme de Hitchcock.

“Vamos a darlo todo, hasta el último maldito momento. Estoy orgulloso de ustedes, vamos”, expresó Javier Zamora a sus chicos previo al silbatazo, uno que les dejaría conscientes del trabajo a realizar próximamente tras caer por 78 a 73 en el primer choque entre estas franquicias este año.

Directo a los reflectores, a pesar de no ser un factor de cambio para el equipo, José Juan Barrera colocó en su cuenta personal 14 tantos, 3 pases al aro, 1 rebote y 3 recuperaciones. No tan lejos de lo que vislumbró Ennis con 22 puntos, 4 tablas, 3 asistencias y 1 robo.

«Fue un primer partido interesante para mí. Aprendí mucho hoy», explicó el boricua tras el partido. «Hacía mucho tiempo que no jugaba al baloncesto y me sentía medio raro mentalmente y físicamente, aunque estoy bien contento con mi equipo, con los muchachos y con los dirigentes. Sé que vamos a mejorar, que voy a mejorar y queremos jugar mejor, vamos a seguir trabajando por eso»

Si este no fuera un estreno con todas las luces y plumas encima, ahora Movistar tendrá que arreglar sus errores tan rápido como un tren bala, ya que, el sábado por venir, el también antiguo club del boricua Gian Clavell, se enfrentará al sumo líder Real Madrid que hasta hoy maneja un récord de solo un reto perdido en 20 partidos. Por el caso de Zaragoza, la actividad volverá antes cuando el viernes se vean las caras ante el Obradoiro.