NATHANIEL BUTLER: «MI PAPÁ ES MI ÍDOLO»

Al hablar sobre las grandes estrellas de la “época de gloria” del Baloncesto Superior Nacional (BSN) de Puerto Rico, sin lugar a duda, el nombre del centro Mario Butler debe estar entre la conversación. El “Expreso Panameño”, como comúnmente le llamaban, fue un ícono en el baloncesto puertorriqueño mientras reforzaba a los Titanes de Morovis en el BSN durante la década de los 80. El éxito de Butler no solo se limitó a Puerto Rico, sino que también trasladó a las ligas de Colombia, República Dominicana, Ecuador, Italia, Argentina, España, México y Venezuela.

Al hablar sobre las grandes estrellas de la “época de gloria” del Baloncesto Superior Nacional (BSN) de Puerto Rico, sin lugar a duda, el nombre del centro Mario Butler debe estar entre la conversación. El “Expreso Panameño”, como comúnmente le llamaban, fue un ícono en el baloncesto puertorriqueño mientras reforzaba a los Titanes de Morovis en el BSN durante la década de los 80. El éxito de Butler no solo se limitó a Puerto Rico, sino que también trasladó a las ligas de Colombia, República Dominicana, Ecuador, Italia, Argentina, España, México y Venezuela. Alguien que vivió de cerca toda su carrera, dentro y fuera de la cancha, fue su hijo y actual alero de la tribu mayagüezana, Nathaniel Butler.

“Mi papá es mi modelo a seguir. Me inculcó la disciplina desde bien pequeñito, y me enseñó que en esta vida nada es regalado. Hay que trabajar para todo lo que uno tiene. Papi es mi ídolo, mi papá es el duro”, expresó Butler de 28 años.

En sus veinticinco temporadas en el BSN, Mario Butler anotó más de 12,000 puntos, más de 8,000 rebotes (líder en rebotes de la liga), fue el Jugador Más Valioso (MVP) en el 1988, Jugador Mejor Defensa (DPY) en siete ocasiones (1984, 1985, 1987, 1988, 1991, 1993 y 1994) y obtuvo cinco campeonatos (1987, 1999, 2000, 2001 y 2005) con los equipos de Morovis, Santurce y Arecibo.

“Papi no hablaba mucho, pero en términos académicos era bien estricto conmigo y mis hermanos. Nos complacía siempre en todo lo que nos antojábamos. Gracias a Dios, nunca nos faltó nada. Al jugar en tantas ligas como refuerzo, nosotros podemos decir que hemos viajado casi el mundo ya que él siempre nos llevaba con él para todos lados”, añadió Nathaniel.

Asimismo, el alero de 6’6″ de estatura recordó una anécdota de su crianza con el expívot de los Titanes de Morovis.

“Cuando tenía como once años, acompañamos a papi a un juego de estrellas aquí en el BSN. Cuando se acabó el juego, le dieron un reconocimiento en donde le entregaron un trofeo. De camino a la casa, me senté en el trofeo y se lo rompí sin querer”, recordó entre risas el alero.

Hoy en día, Nathaniel es padre de dos niños, Ángel Yaniel (5 años) y Kamila Nathalia (3 años), y agradece a su progenitor por ser gran influencia a la hora de criar sus pupilos.

“Mi padre me ha influenciado mucho a la hora de criar a mis hijos, especialmente a la hora de implementar disciplina y el respeto hacia los demás. De igual forma, asegurándome que todo el tiempo que pase con ellos sea de calidad”, culminó el canastero.

Los Indios de Mayagüez desean un hermoso día a todos los padres de la isla, especialmente a todos aquellos que apoyan a la tribu mayagüezana en el BSN.

Fuente: Edgar X. Vargas/Prensa Indios BSN

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