Por Daniel Mérida (@baloncestero)
El nuevo protagonista en las entrevista es Horace Wormely. El base estadounidense de 32 años y 1.70 metros jugó esta temporada con Gigantes de Guayana a las órdenes del español Curro Segura y cuenta en su carrera con paso por Alemania, Australia, Canadá, China, la D-League y Colombia, donde ganó el título en 2015 con Búcaros de Bucaramanga.
Un nuevo protagonista llega a las entrevistas de Cancha Latina. Horace Wormely es un base estadounidense de 32 años y 1.70 metros que esta temporada jugó con Gigantes de Guayana a las órdenes del español Curro Segura y cuenta en su carrera con paso por Alemania, Australia, Canadá, China, la D-League y Colombia, donde ganó el título en 2015 con Búcaros de Bucaramanga.
¿Quién es Horace Wormely? «Soy un buscavidas (seeker), eso es todo. Soy una persona increíblemente curiosa y curiosa sobre la vida, lo que se demuestra en cómo juego de base y la forma que me obsesionan los detalles del juego: la filosofía defensiva y ofensiva del entrenador, la cultura del equipo, qué cosas motivan a mis compañeros o cómo me mezclo con la gente y la cultura del país donde juego»
Jugaste la última temporada en Canadá, Venezuela y Colombia. Ganaste el título en el país cafetero en 2015 con Búcaros de Bucaramanga, pero este torneo ha sido algo diferente: nueva liga, nuevo formato, nuevos equipos…
«Sí, también el entrenador (Bernardo González) y el propietiario (Carlos Parra). Todo fue una situación completamente nueva en Colombia. Una ciudad nueva, un nuevo equipo y nuevo torneo. Era consciente de cómo había cambiado todo desde que salí campeón con Búcaros en 2015, pero me encanta Colombia como país y la organización de Búcaros (ahora Caciques) y fue genial volver a estar con gente y caras conocidas. Después de tener que adaptarme a Canadá o Venezuela, fue bueno estar en una situación en la que sabía qué esperar y qué se esperaba de mí»

Sobre Venezuela, fue tu primera experiencia en la LPB y con Gigantes de Guayana. ¿Qué impresión te dio la liga?
«La LPB es una liga realmente buena. Cualquier equipo cuando ganar a cualquiera. Los entrenadores están bien preparados, los jugadores son duros, los árbitros son justos y los aficionados son intensos. Es todo lo que se puede pedir y te hace darlo todo cada partido. Ojalá hubiera empezado la temporada allí, aunque lo pasé bien en el tiempo que pasé con Gigantes»
Gigantes hizo una gran temporada, pero el gran número de lesiones que sufrió le pasó factura. Con un equipo sano, se podrían haber alcanzado las semifinales.

«Teníamos el equipo y la mentalidad para haber llegado más lejos en los playoffs. No hay forma de sustituir la química y requiere tiempo para desarrolarla. Te acostumbras a jugar con ciertos compañeros en la pista, así que perder por una lesión al que se ha convertido en un hermano para ti y en quién confías, es realmente difícil»
«Sin embargo, también muestra lo bueno que fue nuestro equipo de Gigantes, ya que pudimos alcanzar los playoffs y hacer un buen papel a pesar de las lesiones. y nadie puso excusas»
El español Curro Segura era el entrenador del equipo en su segunda temporada en Venezuela. ¿Qué tal es como entrenador?
«Me encanto jugar y aprender de Curro. Desde el momento que llegué a Gigantes, me estuvo enseñando. Es muy profesional y siempre prepara mucho cada partido. Lo que más me gustó de él es que no tenía miedo de hacer ajustes durante un partido en función de cómo iba viendo ciertas situaciones. Él piensa diferente»
Cada jugador extranjero que llega a Venezuela dice que la fanaticada de la LPB es de las más espectaculares del mundo.
«Los aficiones son los mejores que he visto en mi carrera. Me recuerdan a cuando yo jugaba en el High School. Ellos tienen ese mismo sentimiento de orgullo, entiende el juego muy bien y se involucran en cada jugada del partido, tanto fuera como en casa»
Volviendo la vista hacia atrás, ¿qué nos puedes contar de tus inicios en el mundo del baloncesto cuando eras un niño en Pasadena?
«Fui muy afortunado de crecer donde lo hice y cuando lo hice. El «Crown Jewel» de Pasadena era un centro comunitario y mis amigos y yo pasábamos allí más de cinco de horas al día desde que tenía 5 años hasta los 21. Nuestro mentor Joe Ford, junto con otros como mi padre, hicieron que el club de los chicos fuese muy especial. Aquello se convirtió en una una fábrica de baloncesto adelantada a su tiempo y con mucha influencia de las escuelas y academias que puedes encontrar en Europa. Todo lo que tengo se lo debo a esa fundación: mi forma de entender el juego, mi espíritu competitivo y mis sentimientos y amor por el baloncesto»

¿Cómo es de importante la altura en un jugador de baloncesto? «La altura es tan importante como un jugador permite que sea. Hace poco escribí un artículo sobre cómo un antiguo entrenador me llamó la atención de que mi estatura era una anomalía y me dijo que sería difícil de defender y que sería un defensor diferente si dejaba de jugar al baloncesto de la forma tradicional. A partir de ahí, empecé a usar mis habilidades y la estatura que me dio Dios como mi arma. La altura no importa, sino la percepción que tiene un jugador de sí mismo»
Muchos jugadores piensan que la D-League es un escaparate importante para mejorar la carrera profesional. ¿Tú que piensas?
«La D/G-League fue una estupenda plataforma de exposición a varios niveles. Me expuse como jugador con mis defectos y mis virtudes y fui expuesto a otros equipos de todo el mundo y al lado del ‘business’ y la política dentro del baloncesto. Ciertamente mejoré mi carrera en facetas que no sabía que necesitaba mejorar y fue un gran aprendizaje y una gran experiencia»
Bernardo González fue la persona que te «descubrió» en Alemania y te dio la oportunidad de jugar en Colombia.

«Bernardo ha sido un factor enorme en mi carrera. Lo conocí después de jugar en China. El año después del lockout de la NBA me encontraba personalmente y profesionalmente fuera de lugar y, si no hubiera conocido a Bernardo, quien sabe si todavía estaría jugando al baloncesto. Él me introdujo al baloncesto latinoamericano. Mis primeros partidos fueron en la Liga de las Américas contra Trotamundos de Carabobo, Capitanes de Arecibo y Baurú y después de ellos supe que no quería dejar Sudamérica»
Después en jugar en un montón de países diferentes, ¿qué similitudes y qué diferencias ves en el baloncesto de todos ellos?
«El baloncesto tiende a reflejar de las personas que lo juegan. En China los jugadores son más mecánicos y estructurados y se parecen a un ejército en el modo en qué enfoca la manera de aprender el baloncesto. En Europa, lo encontré más táctico, como si un juego de ajedrez cobrase vida»
«En Estados Unidos, el baloncesto es mucho más como el jazz: se empieza con una idea, pero es una idea que nos da mucho margen para improvisar. El baloncesto en Latinoamérica es más como poesía: elegante, apasionado y se juega con orgullo. Me encantan todos y he cogido pequeñas partes de cada uno para tener mi propio estilo»
¿Un deseo para la nueva temporada? «Me gustaría volver a Sudamérica y terminar mi carrera jugando con un mismo equipo. Argentina, Brasil y Venezuela serían mis sitios ideales para jugar y vivir, aunque realmente también quiero ganar otro campeonato»