Por Daniel Mérida (@baloncestero)

El joven alero de la universidad de Tulane tuvo que convencer a su entrenador y encarar un viaje de 36 horas en cuatro escalas para poder incorporarse a la concentración de la selección que dirige Claudio Jorquera.

El joven alero de la universidad de Tulane tuvo que convencer a su entrenador y encarar un viaje de 36 horas en cuatro escalas para poder incorporarse a la concentración de la selección que dirige Claudio Jorquera.

Sammis Reyes arrancó su viaje el lunes por la mañana en Jamaica tras un torneo con su equipo y terminó en Osorno el martes por la tarde tras coger vuelos a Florida, Santiago de Chile y Puerto Montt y viajar por carretera hasta Osorno, donde se fue directo al entrenamiento de la selección nada más llegar.

«Estaba cansado, pero no importa. Fui derecho a entrenar para soltar un poco las piernas», explica el jugador en una entrevista para El Mercurio. «Convencí a mi técnico diciéndole que era una gran oportunidad, única. Era una competencia que, a la larga, también podía beneficiar a mi universidad»

«Tenemos piezas que antes no teníamos. Hay un par de jugadores con más experiencia como Erik Carrasco, que nos pueden guiar en estos procesos», siguió explicando el alero de 22 años y 2.01 metros. «Estoy emocionado de poder jugar y darlo todo por Chile. Vine por amor a la Roja, con la intención de ganarle a Brasil, que trajo a un jugador NBA como Varejao»

Sammis Reyes está en su tercer año con Tulane y es el único representante de la NCAA que ha sido convocado para esta primera ventana de la clasificación al Mundial 2019. El alero ya formó parte de la preselección que realizó una pequeña concentración a mediados de septiembre y viajo a Brasil para realizar varios partidos amistosos