🏆🇲🇽 ORO DEL PRESENTE, FUTURO DE (MUCHO) TRABAJO

Por Jorge Herrera (@jorgehenav)

La Selección Mexicana volvió a un torneo internacional después de tres años de inactividad y fue turno de hacerlo frente a su gente. Un arranque demoledor dio ilusiones falsas de un sendero soleado, pero la realidad tocó a la puerta previo a la primera celebración de una nueva era.

Foto: FIBA

Manatí 2018 es uno de los mejores recuerdos recientes que debemos guardar de la Selección Femenil. Aztecas bailando sobre la duela, la bandera al centro de la cancha y es que había mucho que celebrar tras el último silbatazo de dicho Centrobasket. Un buen arranque en la fase de grupos le dio confianza al equipo comandado por Brisa Silva y Jacqueline Luna-Castro para no bajar nunca los brazos y, así, conseguir una presea de bronce no presupuestada por muchos. Sin embargo, al no saber a nivel federativo cómo continuar el proceso -o no tener el mínimo interés de hacerlo-, ese gran logro fue guardado en una caja muchos veranos atrás.

Este mal manejo tampoco es que fuera una sorpresa, pero cuando se sigue regresando en el tiempo, es devastador ver que el representativo nacional no competía por una medalla de oro desde hace 7 años. Más de un lustro sin estar ante la prueba definitiva, ciclos sin ser completados, ciclos siendo cortados y sueños de representar al país terminados. Qué pasado tan poco alentador, teniendo en cuenta que también FIBA decidió dejar sin competencia al conjunto femenil por par de años. Pero no todo se trata de recordar la oscuridad del pasado, sino también aprender de él para hacer mejores cosas en los años por venir.

Esa era la tarea que tenía la dirección de Selecciones Nacionales de la mano de Omar Quintero y la dirección técnica de Jonathan Villegas, actual campeón nacional con Astros de Jalisco en la LNBPF, para el COCABA 2022. La sede para este torneo tenía la fortuna de ser Chihuahua, así que las responsabilidades crecían de que México volviera a un torneo internacional con la misión de llevarse los máximos honores.

“Estaba ansiosa por esta oportunidad. No me había tocado el poder decirle ‘sí’ a esta oportunidad (de estar en la Selección Mayor) por decisiones que no me involucraban a mí, pero, ahora que ya es totalmente dependiente de mi persona, claro que quiero estar aquí. Me da muchísimo gusto ya poder compartir la cancha con jugadora tan experimentadas, otras con las que ya había jugado y las que siempre he admirado”, comentó Karla Martínez, una de las ocho debutantes en esta concentración y que busca demostrarse para asegurar su lugar en el equipo a futuro.

Foto: FIBA

Desafortunadamente, las ligas siguen sin apoyar logísticamente y desde ahí se tuvo que trabajar para tener disponible a las jugadoras en cuanto acabaran su participación en la LNBP. Ello traería la consecuencia de un agotamiento severo, el cual, después de que la gente se congratulara de dos holgados triunfos de su Selección, comenzó a cobrar factura en lo físico y lo mental. Guatemala le planteó cara a las guerreras en el tercer encuentro del certamen gracias a la buena labor reciente de Mauricio Ramos con las chapines, pero las individualidades siguieron teniendo importancia por México y salvaron el primer barco. No obstante, el golpe de realidad para este nuevo grupo vino con un choque casi rotundo ante El Salvador.

Una de las mayores alegrías de los últimos años para la quinteta tricolor se dio en los Juegos Panamericanos de 2011, cuando Raimundo Santana guió a las mujeres hasta la medalla de plata. Ahora, era turno de seguirles demostrando su buen trabajo, mas no desde la misma trinchera. Arrancando el partido, las únicas dos escuadras invictas del COCABA 2022 mostraban por qué su récord era el que presentaban, pero las centroamericanas dejaron lucir su sistema veloz y efectivo por conducto de Hillary Martínez. Esto desconcentró a la escuadra local, desbalanceó sus emociones y parecía que esa noche terminaría por ser la más oscura en el apenas comenzado proceso de Jonathan Villegas.

El juego en pintura no funcionaba, el movimiento de balón iba y venía únicamente a los alrededores del arco y las soluciones del banquillo eran nulas. Por supuesto, esto llevó rápidamente al grupo nacional a una desesperación prematura y con ello, ver el score por cerca de tres cuartos en contra. Fue hasta la segunda mitad de este que México ya pudo mantener el marcador a su favor, pero sin dejar en claro que ya era su juego sobre el que se estaba manejando el partido. Santana y sus pupilas seguían siendo un peligro, pero, como también comentó el estratega al cierre, El Salvador dejó ir el encuentro al fallar 11 tiros libres, siendo también culpa de ellas el no saber liquidar a un rival que estaba a su merced.

Gladys Ávila fue una pieza clave para la reacción de México, al igual que Sofía Payán, quien puede estar en la discusión de la mejor debutante para el equipo en este torneo y finalmente se le pudo abrir al aro a Myriam Lara en el periodo final, esto después de un frustrante partido que parecía no dejarle nada bueno a ella ni a sus compañeras.

“Se siente increíble (el poder ganar el oro). Esta oportunidad la pedíamos desde hace años y estamos muy contentas de vivir el momento. El torneo nos ayuda a integrarnos, a regresar a portar este uniforme. Cada partido se juega con garra y corazón; independientemente del resultado, nos fijamos posición en posición y debemos seguir”, expresó Myriam Lara tras escaparse en el marcador por 60-51. “Todo se trató de dureza mental. Estábamos haciendo muchas cosas que había que corregir, observamos los detalles, nos dijimos que había que confiar en lo que sabemos hacer, estar tranquilas y enfocadas para darlo todo. Mantuvimos ese balance y peleamos en la segunda mitad como debíamos”.

Foto: FIBA

Lo mejor de todo, es que el duelo ha sido un llamado de atención para la Selección y en el tiempo correcto. Es cierto que no se realizó la concentración adecuada por tiempos, que la mayoría de las jugadoras sufren un desgaste importante por lo que ha sido su actividad este ciclo, que es nuevo proceso, pero no se tiene que perder de vista el nivel de exigencia que tendrá este equipo encima, por lo que Villegas también ha quedado consciente de lo que se viene a futuro, en especial un Centrobasket en el que se tendrá el objetivo de calificar al FIBA Americas.

“Tenemos que ganar confianza. No es fácil ponerte la playera de la Selección, estar con tu afición siempre causa ciertos nervios y venir de marcadores tan amplios también sobrepasan la confianza, pero estas cosas son las que van a hacer crecer ale equipo. Todo lo que ha pasado (en el breve proceso) nos va unir como equipo. En este camino va a haber muchas piedras, va a haber cosas buenas, cosas malas, llorar, reír, ganar por 20, perder por 30, pero son las cosas que nos van a hacer crecer”, añadió el coach Villegas.

El oro es un logro que nadie les podrá quitar, ahora es tiempo de ayudar a este proceso que sufrirá con el calendario. El trabajo será complicado, mas no imposible. La convocatoria cambiará al tener a varias disputando torneos NCAA y competiciones europeas y más. Pero ello no debe de ser excusa, esperando que se encuentre el momento para poder reunir a las locales con posibilidades de asistir al próximo torneo, que puedan conocerse con mayor profundidad. No será nada sencillo el lograrlo, pero, como se ha brandeado este proyecto de Selecciones Nacionales, nada debe detener el potencial crecimiento por delante que tiene esta familia. Hay que mejorar la toma de ventajas en pintura, liberar de mejor manera a las compañeras, saber tomar mejores decisiones frente al aro y muchísimos más conceptos del sistema. Pero mientras ello sucede, ellas quieren seguir portando el jersey nacional, ellas quieren jugar, ellas quieren ganar; ahora, es tiempo de ayudarlas a cumplir dichas alegrías.

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