🇻🇪 VENEZUELA VUELVE A ESTAR AUSENTE DE LA LIGA SUDAMERICANA… PERO NO ES LA ÚNICA

Por Daniel Mérida (@baloncestero)

La planificación para la edición 2024 de la Liga Sudamericana ha sido la más complicada y compleja de las últimas temporadas. FIBA ha tenido que lidiar con diversos cambios sobre la marcha debido a la ausencia/renuncia de diferentes equipos y finalmente habrá diez participantes con la ausencia de representantes de Brasil, Colombia y Venezuela, algo que se viene repitiendo en los últimos años para este último año.

La planificación para la edición 2024 de la Liga Sudamericana ha sido la más complicada y compleja de las últimas temporadas. FIBA ha tenido que lidiar con diversos cambios sobre la marcha debido a la ausencia/renuncia de diferentes equipos y finalmente habrá diez participantes con la ausencia de representantes de Brasil, Colombia y Venezuela, algo que se viene repitiendo en los últimos años para este último año.

Desde el título conseguido por Guaros de Lara en la edición de 2017, no ha habido representante venezolano en las ediciones de 2018, 2019, 2022, 2023 y 2024 de la Liga Sudamericana. Éste es un hecho que llama la atención cuando países con un baloncesto de menos nivel a priori como Ecuador, Bolivia o Paraguay son habituales participantes. Por otro lado, hay que señalar que los diferentes calendarios en las competiciones de las diferentes ligas del continente es algo que complica en demasía este tipo de planificaciones y el caso del baloncesto venezolano no es el único.

Hay países cuyas ligas locales son torneos cortos de varios meses que es habitual que no participen en estos torneos internacionales, aunque en muchos casos se hacen intentos por hacer coincidir el final de las ligas nacionales con el inicio del torneo sudamericano. Si no ocurre esta coincidencia temporal y no hay un torneo nacional activo en el país, ¿Qué sentido tiene preparar un equipo desde cero tomando en cuenta el aspecto  físico, deportivo y económico?

Valga como ejemplo lo que contaba el diario uruguayo Ovación hace unas semanas sobre los costes de participar en la BCL Américas, que habrían ascendido para Peñarol hasta 90 ó 100.000 dólares en la pasada temporada cuando la prima por jugar son de 15.000 dólares. Si bien es cierto que la Liga Sudamericana no incluye tantos viajes y su duración es menor, está bastante claro que participar en la Liga Sudamericana tampoco sale barato.

La ausencia en la justa deportiva de varios equipos venezolanos tales como Guaros de Lara en 2018, más tarde Trotamundos de Carabobo, Spartans del Distrito Capital y Guaiqueríes de Margarita deja ver lo costoso que les saldría su participación con un escaso o nulo retorno a sus arcas. Esta tendencia fue rota por el ahora bicampeón Gladiadores de Anzoátegui en la última edición de la BCL Américas. Durante estos años, el único intento de participación fue para Cocodrilos de Caracas en la Liga de las Américas 2020, aunque finalmente declinaría su participación incluso cuando e incluso el equipo saurio ya había empezado a prepararse para el torneo.

Sea como fuere, la solución requiere de colaboración de ambos lados. Si bien las ligas nacionales deben intentar buscar estabilizar sus calendarios y que el inicio de los torneos sea cada año en una fecha más o menos similar, también FIBA debe trabajar para que la Liga Sudamericana y la BCL Américas sean más atractivas y se fomente la participación de más países. Está claro que ninguna de estas dos propuestas de mejora son fáciles de aplicar, pero la forma de avanzar está clara y es cuestión de trabajo y tiempo de que los caminos (y los calendarios) se vuelvan a unir.

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