Por Daniel Mérida (@baloncestero)
Casi dos meses después de la finalización de la LPB 2018, aún siguen coleando varios temas pendientes con respecto al torneo. Son varios los casos de los jugadores que aún no han recibido gran parte de su salario de la temporada y los clubes alegan que aún no recibieron parte de las divisas que le corresponden.
Casi dos meses después de la finalización de la LPB 2018, aún siguen coleando varios temas pendientes con respecto al torneo. Son varios los casos de los jugadores que aún no han recibido gran parte de su salario de la temporada y los clubes alegan que aún no recibieron parte de las divisas que le corresponden.
Esto puede parecer una película que ya vimos en otras temporadas, pero la gran diferencia es que el Gobierno venezolano sí dio las divisas al inicio del torneo y es la LPB la que aún no ha repartido la totalidad correspondiente a cada uno de los equipos, según informan los propios clubes. Adicionalmente, son varios los equipos que aún siguen esperando para realizar la reunión de la junta de propietarios donde se haga balance del torneo y se den los primeros pasos para la próxima edición de la LPB.
Buscar culpables es fácil, pero aquí la culpa es compartida por quiénes no entregan las divisas prometidos y aprobados y por quiénes planifican la temporada contando unas divisas que no tienen. La excusa de que son divisas que les prometieron y que no han llegado no es válida, ya que en años anteriores se vieron en esta misma situación y lo que ocurrió es que los equipos se endeudaron de una temporada para otra.
Lo que no cambia de un año a otro es que los principales damnificados siempre son los mismos: los jugadores. En las últimas horas, agentes clásicos de la LPB como Carlos Siphuentes o Castor Besteiro han mostrado su queja públicamente dado que muchos de sus jugadores aún no han cobrado sus salarios… y si volvemos la vista atrás los casos de impagos que afectaron a jugadores en las últimas temporadas son más que los dedos de la mano.
¿Hasta cuándo durará esta situación?
¿Y las divisas, pa’ cuando?
