Por Daniel Mérida (@baloncestero)
El seguimiento de los latinos por el mundo es una de las señas de identidad de Cancha Latina. En el décimo programa de Cancha Latina, nos fuimos hasta Vietnam para hablar con el mexicano Eric Weissling, que fuera miembro del staff de San Antonio Spurs y acaba de terminar la temporada con Hanoi Buffaloes llegando hasta las semifinales de la VBA.
El seguimiento de los latinos por el mundo es una de las señas de identidad de Cancha Latina. En el décimo programa de Cancha Latina, nos fuimos hasta Vietnam para hablar con el mexicano Eric Weissling, que fuera miembro del staff de San Antonio Spurs y acaba de terminar la temporada con Hanoi Buffaloes llegando hasta las semifinales de la VBA.
¿Cómo se da esta oportunidad para dirigir en Vietnam? «La oportunidad empezó en enero, que estuve en la ventana de Americup contra Bahamas con la selección de México. Estuve enfocado en ayudar al coach Sergio Molina, muy buen coach, con todo el scouting de la selección de Bahamas, ayudando ofensivo y defensivo. En ese momento, me llegó a través del coach de la selección nacional la llamada de que están buscando entrenadores en Vietnam. Con la pandemia se puso todo en pausa y la liga pasó de arrancar en mayo a hacerlo en octubre»
«Es impresionante la responsabilidad social de todo el país de Vietnam con el tema del COVID-19. Estoy impresionado por la liga y porque saben que tienen una responsabilidad con la sociedad primero y tuvieron la intención de organizarse bien para disputar la liga, no suspenderla y jugar en formato burbuja, aunque sólo han sido 1.300 casos en el país desde que arrancó la pandemia. Yo tuve que pasar por dos semanas de cuarentena en un cuarto de hotel sin salir y me recogieron en un hotel con un traje todos para protegerse»
Tuviste que empezar a hablar con los jugadores y el cuerpo técnico a través de videollamadas, ¿cómo te sirvió todo eso en tu llegada, además de la barrera del idioma?
«Para empezar, fueron como dos meses preparando toda la burocracia, porque ellos tenían todas las fronteras cerradas y no dejaban pasar aunque tuvieras el visado de trabajo. Yo tuve que trabajar con el equipo a través de vídeos, que ellos grababan entrenamientos y amistosos, que me apoyaron mucho en toda esta parte y estuve muy conectados con ellos desde el primer día. Pese a la pausa de cinco y seis meses, estuve hablando mucho con los jugadores para motivarlos, que tuvieran la confianza y la paciencia de que pronto iban a poner estar en la cancha»
¿Cómo es el estilo de la liga de Vietnam y el tipo de jugadores que hay en el país?
«Como ocurre mucho en las ligas asiáticas, es un juego rápido, simple a veces, aguerrido, mucho agarre de manos, se permite el contacto y aquí hay muchas penetraciones y mucho ataque «down hill». Al no tener tanta altura, tienen que jugar un juego rápido y abrir mucho la cancha. En mi caso, sólo teníamos un extranjero, Mike Bell, con 2.09 que tapa tiros y la mayoría de los bases de los equipos son entre 1.88 y 1.93 metros, por lo que hay que abrir la cancha mucho para que el jugador alto no pueda tapar el tiro. Es un juego un poquito más rápido y alocado y tuve que ajustarme un poco y hace una adaptación padre de mi estilo»
Pese a tu juventud, ya tienes una experiencia importante como entrenador. Desde tu paso por el staff de San Antonio Spurs, has dirigido en Cibacopa y en la LNBP, esa experiencia que comentabas con la selección mexicana… ¿Cómo llegó el baloncesto a tu vida?
«Desde chiquito tengo el baloncesto conmigo. Mis papás tienen una foto de bebé con el balón de basquet abrazado. Siempre fue parte de vida y fui jugador también, pero conforme iba creciendo, sabía que no iba a ser un jugador profesional y tuve que ser honesto pero no quise salirme del juego. Siempre fue un jugador activo, que hablaba mucho en la cancha y me gustaba mucho la táctica, así que decidí ese camino como entrenador»
«Estuve con San Antonio Spurs. Era todavía muy joven para entender muchas cosas del nivel profesional, pero me tocó estar ahí y aprender rápido sobre la cultura y la transparencia y que todos somos iguales dentro de la organización. Fue una experiencia padre y me prendió el foco de que eso era lo que yo quería ser en mi vida: dirigir, trabajar, motivar jóvenes y ser un educador en el deporte, que siempre fue mi pasión»
Siempre fuiste un entrenador que te gustó viajar, estar en torneos internacionales y siempre hablas de que el entrenador mexicano tiene que salir afuera ¿Por qué te llama tanto la atención de estar afuera e ir saltando entre diferentes ciudades?
«Mucho de lo que yo hago es que tomo un trabajo, así de sencillo. Siempre se lo digo a los jugadores jóvenes: si te dan la oportunidad de un trabajo, tómalo y aprende algo. Los trabajos son difíciles de encontrar y cuando hay una oportunidad, vas a aprender algo y depende mucho de ti y de la mentalidad con la que llegues a un trabajo»
«Cuando veo por ejemplo Cibacopa o LNBP, que hay pocos entrenadores mexicanos y algunos asistentes mexicanos y si muchos entrenadores jefes argentinos, uruguayos o puertorriqueños, se nota que estos países latinos aprovechan para salir y dirigir en otros lados. Ellos creen mucho en el baloncesto mexicano por la inteligencia de juego de argentinos y uruguayos, el orgullo y la lucha de los puertorriqueños. Es muy padre esa parte y quiero mostrar a los entrenadores mexicanos que no tienen sólo que trabajar en México. Hay que abrir las oportunidades y hay mucho para aprender. Este uno de los motivos por los que yo tomo estas experiencias»
Hablabas de tu paso por San Antonio Spurs, ¿cómo es la estructura detrás de la escena de los cuerpos técnicos de la NBA?
«Me tocó estar con entrenadores buenísimos. En el cuerpo técnico de San Antonio 2004-05, estaban Gregg Popovich, Mike Budenholzer, Quin Snyder, Greg Brown, James Borrego, Jacque Vaughn, Sean Marks… Vemos esa lista y todos esos fueron a ser head coach en otros lados. Es impresionante toda la información que manejaba San Antonio en ese momento. Me tocó ver mucho y estar callado haciendo mi trabajo, viendo todo y absorbiendo como una esponja. Tuve una relación cercana con James Borrego, latino de San Diego, que creció en Alburquerque y mi papá fue maestro suyo en la secundaria. Pude hablar mucho más con él, me ayudó con el scouting y me motivó mucho. Mi trabajo era cuidar de los jugadores y no puede estar en los entrenamientos a puerta cerrada, que no puedes entrar a menos que quieran café (risas)»
¿Cuáles son tus perspectivas de futuro? «Estaré donde quiero estar. Quiero llegar a la NBA, es la mejor liga del mundo y se trabaja para llegar. Sé que el camino me llevará por diferentes lados. No espera venir aquí a Vietnam, pero sigo aprendiendo y cuando tenga la oportunidad de que me entreviste un equipo de la NBA, saber que voy a llegar más preparado y que el trabajo es mío para ganarlo. De cualquier manera, no voy a perder el tiempo y voy a buscar las oportunidades que vayan saliendo para seguir aprendiendo de cada liga»
«En esta experiencia he aprendido mucho sobre la comunicación, porque sólo hay dos jugadores que hablan inglés. Tener que motivarlos se complica porque se pierde en la traducción, pero he encontrado la manera. Uno de los jugadores que me ayudó a hablar con el lenguaje corporal es Mike Lizarraga, que es sordomudo, y era de los mejores jugadores que más comunica y no escuchaba lo que le decía. Eso es crecer dentro del deporte»
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