HORACIO LLAMAS Y UN SUEÑO DE 143 MINUTOS

Por Daniel Mérida (@baloncestero)

La carretera federal 15 es una de las vías que permite a los mexicanos llegar hasta la frontera con Estados Unidos, permitiendo a cualquier intrépido viajero recorrer los casi 2.200 kilómetros que separan la capital del país azteca y la frontera con territorio yanki por la ciudad de Nogales, camino que también recorre por toda la costa del Pacífico mexicano no peninsular y muchas ciudades que a día de hoy son sedes de la Cibacopa como son Mazatlán, Navolato, Culiacán, Ciudad Obregón, Guaymas, Hermosillo o la propia Nogales. A poco más de una hora de esta gran carretera a la altura de la provincia de Sinaloa, que además del mejor marisco de México, alberga la ciudad de El Rosario, famosa por sus explotaciones mineras, el altar de la iglesia del mismo nombre, la cantante Lola Beltrán y por ser el lugar de nacimiento de un pionero del baloncesto mexicano, Horacio Llamas.

La carretera federal 15 es una de las vías que permite a los mexicanos llegar hasta la frontera con Estados Unidos, permitiendo a cualquier intrépido viajero recorrer los casi 2.200 kilómetros que separan la capital del país azteca y la frontera con territorio yanki por la ciudad de Nogales, camino que también recorre por toda la costa del Pacífico mexicano no peninsular y muchas ciudades que a día de hoy son sedes de la Cibacopa como son Mazatlán, Navolato, Culiacán, Ciudad Obregón, Guaymas, Hermosillo o la propia Nogales.

A poco más de una hora de esta gran carretera a la altura de la provincia de Sinaloa, que además del mejor marisco de México, alberga la ciudad de El Rosario, famosa por sus explotaciones mineras, el altar de la iglesia del mismo nombre, la cantante Lola Beltrán y por ser el lugar de nacimiento de un pionero del baloncesto mexicano, Horacio Llamas.

Fueron 28 partidos de temporada regular y apenas 143 minutos de juego, pero fueron los primeros de un mexicano en la NBA y el que abriría camino a los que llegaron después: Eduardo Nájera, Jorge Gutiérrez y Gustavo Ayón. Estas poco más de dos horas de juego real le sirvieron para jugar junto a un joven Kobe Bryant o un veterano Michael Jordan y contra jugadores referencia en su posición como Shaquille O’Neal o sus ídolos Charles Barkley Hakeem Olajuwon.

Hijo de un veterinario (Horacio) y una maestra (Ana Luisa) y el segundo de cuatro hermanos, Horacio Llamas empezó a practicar karate con dos años y béisbol con cinco años, pero fue en la escuela secundaria cuando sus dos metros de altura con apenas doce años le iban a acercar irremediablemente al mundo del baloncesto. Al principio, su padre era reacio a que dejara el beisbol, pero cuando se dio cuenta que a Horacio se le daba mejor y le gustaba más el baloncesto y se convirtió en un acompañante habitual y acudía con él a los torneos estatales en los que competía.

Manuel Raga

De Sinaloa se fue a estudiar a Monterrey, aunque sólo duró un semestre antes de marcharse a la capital del país para compatibilizar los estudios con sus entrenamientos con la selección sub19 y con la absoluta, donde llegó a ser dirigido por otras de las leyendas del baloncesto mexicano como Manuel Raga, reciente miembro del Hall of Fame.

Su llegada al baloncesto de Estados Unidos se dio por la recomendación de un amigo que estudiaba en el Pima Community College y donde el entrenador Mike López, que no creía que un mexicano pudiera medir más de dos metros y que le hizo una prueba dos horas de un viaje en autobús desde DF hasta Tucson de casi día y medio. Dos años más tarde dio el salto a Grand Canyon, universidad que a día de hoy entrena Dan Majerle pero que en aquel 1994 lo hacía Leighton McCrary. Fueron dos años más de progresión y crecimiento hasta el punto de que en su última temporada fue nombrado mejor jugador de su conferencia en la NCAA tras promediar 17.5 puntos, 9.2 rebotes y 3.7 tapones. Fue en ese momento cuando varias las franquicias empezaron a fijarse en el pívot mexicano.

Desde aquel momento que se trasladó a Estados Unidos dejando atrás familia y amigos, la idea y la ilusión del sinaloense era llegar a la NBA y el hecho de no ser elegido en el draft no le impidió seguir peleando por su sueño. De aquel draft de 1996, salieron estrellas NBA como Allen Iverson, Stephon Marbury, Ray Allen, Kobe Bryant, Steve Nash o Derek Fisher y jugadores en la posición de Llamas como Marcus Camby, Erick Dampier, Vitaly Potapenko, Zydrunas Ilgauskas o Amal McCaskill.

La clase del draft 1996 de la NBA

“Vi el draft en casa de un amigo que tenía parabólica. Su familia se durmió y me dejó allí viéndolo”, explica el jugador en una serie de reportajes denominada Vidas Apasionantes. “No salí en el draft y me fui para mi casa. No sé cuántas cientos de abdominales pude hacer para descargar mi coraje, llorando. Lo cansado me hizo dormirme y a la mañana siguiente me llamaron de los Lakers para que jugase la Summer League con ellos”

El siguiente paso del mexicano estuvo en esos torneos de Detroit y Los Angeles, donde coincidió con Kobe Bryant. Llamas hizo la pretemporada con Atlanta Hawks y fue el último corte antes del roster definitivo para la temporada, lo que lo llevó hasta Dakota del Sur, donde estuvo tres meses con Sioux Falls Skyforce en la CBA.

Lo bueno se hace esperar y la plaga de lesiones que asoló a Phoenix Suns en febrero de 1997 hizo que la franquicia de Arizona diese su primera oportunidad al pívot mexicano. Horacio firmó un primer contrato de diez días durante el que no llegó a debutar y fue al final del segundo contrato de diez días cuando tuvo su gran oportunidad, casualmente un día que sus padres estaban entre el público. Fue un 2 de marzo en Dallas y serían sólo 3 minutos y 46 segundos, pero serían suficientes para un debut donde sumó 2 puntos y 1 rebote y su equipo ganó en la prórroga.

Cuando Danny Ainge me dijo que entrara, todo empezó a moverse como en cámara lenta y no volvió a la normalidad hasta que fue a por el primer balón y choqué con otro jugador. Todo sucedió como si fuera una película”, explicaba el jugador recordando su debut en la NBA. “Fue muy especial que mi papá y mi mamá estuvieran en el debut. Después del juego, me senté con ellos y les dije ‘ya jugué’

Durante esa recta final de la temporada en marzo y abril, Llamas llegó a participar en 20 encuentros, aunque sólo superó la decena de minutos en tres de ellos y dejaría su mejor actuación ante Houston, donde fue titular y tuvo que defender tanto a Charles Barkley como a Hakeem Olajuwon, aportando 6 puntos, 4 rebotes, 1 asistencia y 1 robo. Llamas había coincidido con ambos en el verano anterior de su llegada a Phoenix e incluso estuvo entrenando en casa de Olajuwon.

“Cuando me vieron, se sonrieron y le dio mucho gusto, pero también se dieron cuenta de que yo no me echaba para atrás con los empujones. Ese fue uno de los mejores partidos”, contaba Horacio en una entrevista de 2011. “También me tocó defender a Shaq en un partido donde cortamos una racha de 24 derrotas seguidas en Los Angeles. Utilicé algo que me enseñó Olajuwon y terminamos ganando aquel partido”

En aquella temporada, los de Arizona caerían en primera ronda de playoffs ante Seattle sin que el mexicano viera un solo minuto. El año sophomore de Horacio Llamas estaría marcado por los problemas con las lesiones, que lo limitaron únicamente a ocho partidos en aquella temporada y los Suns terminarían por cortarlo.

Horacio Llamas (Foto: NBA Media)

Dos nuevas oportunidades para volver a la NBA llegarían en Washington en 2002 y en Milwaukee en 2004. Con la franquicia capitalina, disputó la pretemporada pero no terminó de ganarse una plaza en el roster final de un equipo que vería la última temporada de Michael Jordan y con el que el mexicano apenas coincidió en sus 16 días como jugador de los Wizards.

“Todos vemos a Jordan como alguien inalcanzable por ser el mejor del mundo, pero es una persona muy sencilla”, explicaba en una entrevista para Viva Basquet en 2013. “Casi siempre llegábamos a la vez al entrenamiento, saludaba y platicaba conmigo y siempre nos daba consejos en los entrenamientos. Era muy competitivo y siempre salía ganando. En un amistoso en los entrenamientos, yo estaba en su equipo, perdíamos de uno y en una jugada que teníamos definida para él, me la paso y yo anoté. Volví corriendo para defender y sentí que alguien me saltaba encima. Era Jordan y me gritaba ‘ese es mi hombre, ese es mi hombre’. Eso me emocionó mucho porque era lo que le decían a él”

Horacio Llamas y Eduardo Nájera

La carrera de Horacio Llamas no quedó sólo en la NBA. Desde ese 2003 hasta su retirada en 2013, ha sido un fijo en las diferentes convocatorias de la selección de México, ya fuera Centrobasket, FIBA Américas o el COCABA de Centroamérica y también formó parte del equipo azteca que estuvo en la cita olímpica de Sydney 2000.

En el baloncesto de clubes, tuvo un breve paso por España en el año 2003 jugando 10 encuentros con La Palma en LEB y desarrollaría la mayor parte de carrera en la LNBP de su país. En 2005 llegó a Soles de Mexicali y fue referencia del equipo cachanilla durante cinco temporadas, en las que consiguió un campeonato y un subcampeonato.

Horacio Llamas (Foto: FIBA)

En 2010 ficharía por Pioneros de Quintana Roo, con los que jugaría hasta retirarse y pasaría a ser asistente del equipo. Con el equipo de Cancún, conseguiría la Liga de las Américas en 2012 a las órdenes del español Pep Clarós.

A día de hoy es padre de tres hijos y esta última temporada fue asistente de Garzas de Plata de la UAEH, equipo debutante en la LNBP y que llegó hasta unas semifinales donde fueron eliminados por Soles de Mexicali, equipo que dirige el español Alejandro Martínez.

Horacio Llamas marcó el camino y es referencia para muchos jugadores mexicanos que quieren llegar lejos en el mundo del baloncesto. Cuando puede, trabaja con niños y participa en todo lo que en pos del crecimiento del baloncesto en México. Como dice su esposa Ikra, Horacio tiene que medir más de dos metros para que le quepa dentro el corazón tan grande que tiene.

Artículo publicado originalmente
en Full Basket Magazine #7

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