JHIVVAN JACKSON, EL TERCER ESLABÓN DE UNA FAMILIA DE BALONCESTO

Por Daniel Mérida (@baloncestero)

No es habitual que haya una familia con tres generaciones de jugadores y hoy hablaremos de los Meléndez-Jackson, donde primero el mítico Flor Meléndez sigue dando cátedra en el BSN, Leroy Jackson es uno de los históricos en Panamá y ahora el joven Jhivvan Jackson es quien toma el testigo en el mundo del baloncesto.

No es habitual que haya una familia con tres generaciones de jugadores y hoy hablaremos de los Meléndez-Jackson, donde primero el mítico Flor Meléndez sigue dando cátedra en el BSN, Leroy Jackson es uno de los históricos en Panamá y ahora el joven Jhivvan Jackson es quien toma el testigo en el mundo del baloncesto.

La mención especial viene para Jhivvan Jackson, que cerró el año 2018 con una semana de actuaciones destacadas que le valió el premio de Jugador de la Semana en la Conference USA. El boricua hizo 22 puntos y 8 rebotes en el triunfo ante Texas A&M y cerró el año con su mejor actuación como colegial liderando a su equipo con 32 puntos y 10 rebotes ante Southeastern Oklahoma State.

Con estos partidos, Jhivvan ha terminado de demostrar que está totalmente recuperado de la pequeña distensión en el ligamento colateral medial que sufrió al final de la pasada temporada. A día de hoy, lidera la clasificación de anotadores de su conferencia con promedios de 20.9 puntos y que suben hasta los 25.0 puntos en los últimos cinco partidos con la Universidad de Texas-San Antonio.

El boricua tuvo una gran primera temporada con los Roadrunners, recibiendo hasta siete nominaciones al Freshman de la semana y recibiendo el premio a Freshman del año en la Conference USA justo antes de conocerse la lesión de la rodilla que lo dejó fuera desde marzo. Jackson terminó esa temporada con promedios de 18.4 puntos, 3.2 rebotes y 1.8 asistencias y acumuló 534 puntos en su primer año en la NCAA.

«Siempre es bueno que reconozcan tu trabajo y eso lo agradezco. Este tipo de premio me motiva a seguir trabajando duro para ser cada día mejor», explicaba tras recibir el premio en declaraciones a El Nuevo Día. «Aunque no esté ahí en la fase final dentro de la cancha, sé que los ayudé a llegar. Estoy con mente positiva porque sé que voy a venir más fuerte que antes. Estoy enfocándome en trabajar duro para mi recuperación y volver para ayudar a mi equipo»

Esa capacidad anotadora ya la había demostrado a nivel de instituto con el Trinity High School, con encuentros como los 49 puntos ante Guyer High School, y lo ha hecho a base de mucho trabajo también fuera de los entrenamientos como el trabajo post-entreno con su padre Leroy.

«Mi abuelo ha sido siempre un gran apoyo para mí. Estuvo casi toda la temporada acá apoyándome», explicaba el joven prospecto en esas misma entrevista. «Después de la lesión, sigue siendo mi apoyo. Siempre ha sido mi mentor, dándome consejos, enseñándome y apoyándome. Él y mi papá son grandes influencias para mí. Tengo la dicha de tener dos grandes del deporte a mi lado guiándome»

El baloncesto de Puerto Rico tiene grandes esperanzas puestas en Jhivvan Jackson, que ya jugó en categorías inferiores en el FIBA Américas U18 que se celebró en Chile en 2016, y que es uno de los destacados en la nueva hornada de jugadores boricuas que se desarrolla en el baloncesto colegial, junto a otros como Markus Howard, Stephen Thompson, Neftalí Álvarez, Isaiah Piñeiro, Ethan Thompson, Tremont Waters, Iván Gandía o Eric Ayala.

Leroy Jackson, de Panamá a Puerto Rico. El colonense fue uno de los mejores anotadores del país canalero en los inicios de este milenio, liderando a Panamá en el Preolímpico de Neuquén 2001 junto al eterno Michael Hicks. Jackson llegó a jugar nueve temporadas en el BSN con Bayamón, San Germán, Cayey, Mayagüez y Humacao, dejando promedios de 12.6 puntos, 5.7 rebotes y 1.7 asistencias en 172 partidos.

«Yo le digo a todo el mundo que Jhivvan tiene muchas más habilidades que yo. Muchas más», explicaba el padre del joven jugador en una entrevista para Primera Hora. «Jhivvan es un niño bendecido por Dios por las habilidades que él tiene. Tiene unas habilidades tan naturales que yo no tuve ni en mis mejores tiempos. Es un anotador natural. Su forma de jugar es fácil. Para él es fácil jugar baloncesto»

«La única influencia mía es apoyarlo», siguió explicando Leroy. «En el caso de Flor, él es una persona que conoce el baloncesto, y el respeto que él le tiene a su abuelo es grande. Ellos siempre hablan cuando está en Puerto Rico. Entiendo que tienen esa comunicación. Él es un niño que le gusta escuchar»

Flor Meléndez, el patriarca de la familia. El hombre récord del BSN y el entrenador por el que han pasado muchos de los actuales jugadores estelares del baloncesto boricua está muy atento en la carrera de su nieto. Flor alcanzó recientemente los 600 triunfos en el BSN y en esta última temporada sonó para el banquillo de Marinos de Anzoátegui y dirigió a Atleticos de San Germán en la recta final del torneo.

«Yo solo le digo que siga haciendo bien su trabajo cuando salga a jugar. Mi nieto no era un jugador expresivo en la cancha y fue algo que los coaches vieron en él. Trabajaron ese aspecto y ha dado un cambio significativo», explicaba Flor Meléndez en una entrevista hace casi un año. «Defensivamente siempre estuve peleando con él y ahora le tocó un coach que fue armador cuando jugador y exige en defensa y ha mejorado también»

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